Hola a todos:
Hoy, el inicio de la carta es
distinto porque está dirigido especialmente a una parte de nuestros lectores, a
los niños. Y dentro de esos niños a mis
queridos “compañeritos de trabajo”, los chicos del Taller de Periodismo.
Esta tercera edición es un homenaje a
ellos porque me parece un momento especial para
valorar su trabajo, para destacar su entusiasmo, para contarles a todos
de su compromiso y de esas ganas de comunicarse
y transmitir cosas. Han formado un muy lindo grupo donde no se nota, en
el trato, diferencia de edades, donde todos están dispuestos a dar una mano al
que lo necesite, donde se comparte lo que se sabe y lo que todavía se tiene que
aprender, donde se nota que lo pasan bien.
Hoy, entonces quería saludarlos
especialmente y decirles que me siento muy contenta con sus logros y que los
quiero mucho.
Pero
esta carta va también dirigida a todos los nenes de la escuela porque
son ellos el motivo de nuestro trabajo, son los que nos mantienen activos, los que muchas veces
despiertan una sonrisa en nuestra cara
como también, algún gesto de
enojo. Pero ante todo son ellos los que nos animan todos los días a querer
darles lo mejor de nosotros mismos.
Todos sabemos que son
ustedes, los niños, el futuro de la humanidad. Nos corresponde a nosotros, los
adultos cuidarlos, educarlos, y procurar que tengan una infancia feliz.
Por eso quiero compartir una parte de lo escrito una vez por Dorothy
Law Nolte (1924-2005)
LOS NIÑOS APRENDEN LO QUE VIVEN
Si los niños
viven con crítica, aprenden a condenar.
Si los niños viven con hostilidad, aprenden a pelear.
Si los niños viven con miedo, aprenden a ser aprensivos.
Si los niños viven con lástima, aprenden a sentir pena por ellos mismos.
Si los niños viven con estímulo, aprenden a tener confianza.
Si los niños viven con tolerancia, aprenden a ser pacientes.
Si los niños viven con elogios, aprenden a valorar las cosas.
Si los niños viven con aceptación, aprenden a amar.
Si los niños viven con aprobación, aprenden a quererse.
Si los niños viven con amistad, aprenden que el mundo es un lugar agradable donde vivir.
Si los niños viven con hostilidad, aprenden a pelear.
Si los niños viven con miedo, aprenden a ser aprensivos.
Si los niños viven con lástima, aprenden a sentir pena por ellos mismos.
Si los niños viven con estímulo, aprenden a tener confianza.
Si los niños viven con tolerancia, aprenden a ser pacientes.
Si los niños viven con elogios, aprenden a valorar las cosas.
Si los niños viven con aceptación, aprenden a amar.
Si los niños viven con aprobación, aprenden a quererse.
Si los niños viven con amistad, aprenden que el mundo es un lugar agradable donde vivir.
¡¡¡Un beso grande para todos!!!
Elba
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